A medida que pasan los años, los dientes envejecen y suelen perder su blancura original e, incluso, oscurecerse o presentar manchas. Algunas manchas en los dientes son superficiales por la acumulación de restos de comida o placa bacteriana. También algunas medicinas, alimentos y bebidas manchan los dientes (vino, café, té, refrescos azucarados y carbonatados), así como frutas y verduras de color intenso (cerezas, moras, fresas, remolacha, tomate, etc.).
Si las manchas en los dientes son persistentes y no pueden eliminarse con un buen cepillado o una limpieza bucal, el blanqueamiento dental puede ser la mejor opción. Se trata de un tratamiento de odontología estética que permite eliminar las manchas dentales y aclarar la tonalidad de los dientes, logrando un blanco natural.
Tipos de blanqueamiento dental
Podemos diferenciar, principalmente, dos tipos de blanqueamiento dental:
- Blanqueamiento ambulatorio, supervisado por un dentista. Este método lo realiza el propio paciente en su casa, mediante el uso de unas férulas hechas a medida donde se incorpora el gel blanqueante.
- Blanqueamiento realizado en la clínica odontológica. Se lleva a cabo por un profesional en una clínica odontológica. Suele ser un tratamiento más eficaz que da una mayor estabilidad en el color, ya que utiliza una mayor concentración del componente blanqueante.
Durante ambos procesos hay que tener cuidado de que el gel blanqueador no entre en contacto con los tejidos periodontales. Además, también en ambos casos, antes de realizar el tratamiento es necesario hacer una revisión para confirmar la correcta salud bucodental del paciente.
Para complementar el tratamiento de blanqueamiento dental, se pueden utilizar dentífricos blanqueadores, siempre bajo la supervisión de un odontólogo, ya que si son muy abrasivos pueden dañar el esmalte y causar más daño que beneficio.
Ventajas del blanqueamiento dental
- Tratamiento rápido y sencillo, que se adapta a cada paciente. Es un tratamiento no invasivo y, según el tipo de esmalte, puede lograr muy buenos resultados en pocas sesiones o incluso en una sola sesión.
- Mejora la estética. Tener una sonrisa más bonita aumenta la autoestima y ayuda a sentir una mayor confianza. Por tanto, es un tratamiento que influye en la socialización de la persona, mejorando las relaciones sociales.
- Se puede repetir. Al no ser un tratamiento permanente, puede realizarse cada vez que el paciente quiera o lo necesite.
Algunas desventajas
- Sensibilidad temporal después de realizar el tratamiento de blanqueamiento dental. Lo habitual es que dure entre 7 y 10 días, aunque es variable según cada paciente.
- Tratamiento temporal. Los dientes pueden volver a sufrir coloración o decoloración tras un tratamiento de blanqueamiento. Se deberá estudiar cada caso y evitar los hábitos que puedan volver a manchar los dientes.
- Sensibilidad en los tejidos blandos. Los productos empleados pueden ocasionar sensibilidad en la encía que desaparece al cabo de unos días e incluso horas.
Bajo supervisión del dentista
Las personas que se estén planteando realizar un tratamiento de blanqueamiento dental, debe entender que se trata de un proceso médico que debe practicarse bajo la supervisión de un dentista. Por este motivo, Sermade aconseja desterrar los kits de blanqueamiento que se aplican en el hogar sin supervisión de un especialista.
En este sentido, el Consejo General de Dentistas señala que realizar un blanqueamiento dental sin supervisión médica conlleva graves riesgos para la salud. Según la legislación vigente, los productos blanqueantes con una concentración de peróxido de carbamida superior al 0,3 % o con más del 0,1 % de peróxido de hidrógeno únicamente pueden ser distribuidos por dentistas. Mientras, los productos con concentraciones inferiores al 0,1 % de peróxido de hidrógeno son inocuos para la salud y su libre distribución no presenta riesgos, pero su eficacia es prácticamente nula.
